El padre del chocoramo cuelga su gorro de pastelero

En la mañana del viernes 16 de octubre de 2015, Colombia perdió a sus 94 años a Olimpo López, uno de los hombres que forjaron la infancia de varias generaciones.

Tal vez no muchos lo recuerden como persona, pero en el corazón de los colombianos y en la lonchera de las últimas 3 generaciones ha tenido un lugar privilegiado una de sus creaciones, el chocoramo.

En la memoria de los más adultos la cara de Olimpo no es desconocida, pues fue quien acompañó a los televidentes en la década de los 60s, en el programa Feliz cumpleaños Ramo. Allí Olimpo preparaba recetas en vivo las cuales acababan con el estribillo de “Feliz cumpleaños amiguitos, les desea ponqué Ramo” que aun se canta en algunas casas.

Pero no solo el chocoramo hace parte de los hijos predilectos de Olimpo. El ponqué Gala es también una de sus creaciones, incluso todos los empaques de este emblemático producto cuentan con una caricatura de los días jóvenes de Olimpo.

Este ponqué, simple en presentación pero grande en sabor, fue la base para la idea de la creación del chocoramo, pues durante años probaron hasta dar con la cobertura de chocolate perfecta que tuviera la textura y el sabor que todos conocemos.

También existen muchos otros productos de panadería en los que colaboró Olimpo, quien a pesar de haber llegado a la tercera edad hace décadas seguía catando las diferentes colaciones que llegaban hasta su cocina a diario, aunque sin excederse con su creación preferida por un problema de azúcar.

Un hombre trabajador siempre fue Don Olimpo como lo llamaban en la fábrica. A pesar de rondar los 94 años rehusó pensionarse y como comentan los trabajadores de Ramo “llegaba cumplidamente a las 6:30 a su laboratorio todos los días”.

Acompañado por su hijo Olimpo Jr, quien trabaja como jefe de producción en la planta de Mosquera, Olimpo se levantaba cada mañana dispuesto a realizar la mejor labor sin necesidad de reconocimiento alguno, pues en entrevistas anteriores indicó que Mi mayor homenaje es saber que descubrí mi vocación, que he entregado todo por mi trabajo y que nunca me he rendido”.

No es raro que el chocoramo esté en el corazón de todos, pues su producción anual alcanza las 250 millones de unidades de las cuales la gran mayoría se destina al consumo interno, aunque esta comenzando a alcanzar nuevos mercados y conquistar los corazones de los latinoamericanos.

Así es como los colombianos hoy, con chocoramo en mano, se despiden y le dan las gracias a un hombre que hizo más dulces los recuerdos de la infancia de todo un país

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